La discinesia escapular se define como la alteración de la sincronización en la articulación escapulo-torácica, que tiene como consecuencia una variación en la posición y el movimiento normal de la escápula durante los movimientos del hombro.
Localizar el dolor
Normalmente, el dolor escapular se sitúa entre la escápula y la columna, concretamente en la parte superior, justo debajo del cuello, pudiendo repercutir en cervicales, brazo y hombro.
Se produce una mala contracción, falta de flexibilidad y de coordinación en la cápsula y en los músculos serrato anterior, trapecio (superior, medio e inferior) y pectoral menor. Esto provoca dolor en el hombro, en la zona cervical y en otros puntos de la columna vertebral.
Parte de la musculatura cervical tiene como zona de inserción la escápula, por lo que una alteración en el funcionamiento de la misma puede influir en la actividad de la columna cervical, favoreciendo la aparición de lesiones en esta región.
Causas del dolor
Las causas pueden ser por mala higiene postural: muchas personas presentan una actitud cifótica, trastornos articulares, sobrecarga muscular descompensada o expresión visceral. No hay que olvidar la somatización emocional, ya que esta zona recibe una especial incidencia.
Cómo trabajamos la zona afectada
– Favorecemos la flexibilización de los tejidos retraídos, recuperando su longitud habitual, evitando así que influyan negativamente en el movimiento normal de la escápula.
– Reentrenamiento de la musculatura estabilizadora de la escápula, mediante un protocolo de trabajo activo que recupera la función normal de esta musculatura.
– Si el dolor está provocado por alguna disfunción hepática, también se trataría con osteopatía visceral y con un tratamiento de limpieza del hígado.
Un buen tratamiento de fisioterapia o osteopatía marcará la diferencia entre tener o no tener dolor. En nuestra consulta, te enseñaremos ejercicios para estabilizar la zona escapular.
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