El ritmo del día a día nos empuja a una actividad frenética y repleta de responsabilidades, que dificulta la gestión de nuestro tiempo y hace que el estrés se apodere de nosotros. En España, el 59% de los empleados lo sufre en su puesto de trabajo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El estrés nos lleva a un estado de ansiedad y cansancio insoportables para la salud mental e incluso física.

Cuáles son los síntomas

Aunque no todas las personas presentan la misma sintomatología, hay algunos patrones que suelen coincidir:

Sistema inmune.- El torrente de hormonas que libera el estrés reduce la respuesta del cuerpo a los invasores exteriores. Virus, bacterias y demás agentes dañinos para la salud lo tienen más fácil para penetrar en nuestro cuerpo. La gente con estrés crónico suele sufrir más catarros y están más expuestos a virus.

Sexualidad y sistema reproductivo.- El estrés es agotador tanto para el cuerpo como para la mente. Si el estrés se mantiene durante mucho tiempo, los niveles de testosterona de un hombre pueden comenzar a disminuir. Para las mujeres, el estrés puede afectar el ciclo menstrual y puede llevar a períodos irregulares, más pesados o más dolorosos. El estrés crónico también puede magnificar los síntomas físicos de la menopausia.

Sistema digestivo.- Acidez estomacal, reflujo, hinchazón o estreñimiento son algunos de los efectos a largo plazo más incómodos cuando el estrés se vuelve crónico. Además, como respuesta a esta situación el hígado produce azúcar que va a parar directamente al torrente sanguíneo. El estrés puede afectar a la digestión y a cómo se absorben los nutrientes en el intestino. La mayor cantidad de glucosa en la sangre aumenta las posibilidades de desarrollar diabetes de tipo 2.

Corazón y sistema respiratorio.- Si ya tiene un problema respiratorio como asma o enfisema, el estrés puede dificultar más la respiración. En situaciones de estrés, el corazón también bombea más rápido. Las hormonas hacen que los vasos sanguíneos se contraigan y desvíen más oxígeno a los músculos, lo que aumenta la presión arterial.

Los músculos.- La tensión muscular como consecuencia del estrés puede causar dolores de cabeza, dolor de espalda y hombros y dolores corporales.

Por otro lado, el estrés crónico favorece la aparición de desequilibrios en el comportamiento, como los desórdenes alimenticios o el abuso de drogas o alcohol.

Cómo evitarlo

Para librarnos de padecer agotamiento mental, debemos controlar nuestros pensamientos. Es recomendable realizar actividades que nos permitan desconectar. Guardar, al menos, media hora diaria para la higiene mental con actividades que requieren una concentración lúdica -leer, practicar yoga, meditar, escuchar música, bailar…-, actividades que desbloquean las preocupaciones y resetean el estrés diario-.

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