La técnica se denomina AFE: Aceleración del flujo espiratorio.
La sesión la podemos dividir en varias etapas:
Lo primero que hace el fisioterapeuta es explicar la técnica a los padres y hacer un buen diagnóstico del estado del bebé (síntomas, tos, alimentatción, estado del sueño, estado general, antecedentes de bronquilitis, …)
Y un diagnóstico respiratorio observando la freqüencia de los movimientos del tórax, ascultación pulmonar, …
Después se hace una limpieza de las vías aéreas superiores introduciendo suero fisiológico a nivel nasal.
Una de las técnicas consiste en presiones indoloras sobre el tórax en los tres planos con una mano abdominal mantenida a nivel diafragmático que acelera el flujo espiratorio y facilita que remonten las secreciones hacia la traquea. Y con la otra mano, hacemos antepulsión faringiobucal donde hacemos escupir las secreciones del bebé conduciéndolas a nivel de los labios para sacarlas al exterior. Con esta técnica limpiamos el pulmón manualmente sin necesidad de tantos medicamentos broncodilatadores. Como es el caso de las bronquiolitis no tratadas en manos del fisioterapeuta. Y el hecho de sacar el moco en el exterior evita que vaya en el estómago lo que mejora sus ganas de comer.